Semblanza del dominó
Soy un apasionado del dominó, lo juego desde mi infancia. He pasado muchos momentos agradables jugándolo, he sentido inmensa alegría cuando, en unión de un grupo de amigos en horas inolvidables, hemos jugado partido tras partido, mientras ha reinado la cordialidad, y la alegría bulliciosa.
Momentos sin igual en que nuestros corazones laten al ritmo de otros corazones; sentimos dentro de nosotros la dulce canción de la alegría, que da el goce de vivir.
Hemos pasado ratos desagradables, cuando han surgido discrepancias “agrias” entre amigos, por la interpretación de una jugada, en la que cada uno tenía su propio criterio, al ver estos incidentes pensé cómo sería posible eliminar esta parte “negativa” del juego.
He albergado alguna experiencia que hago llegar a aquellos que están leyendo estas páginas.
Por mucho tiempo soñé escribir algo sobre el Dominó, una de mis pasiones. Hoy lo dejó como un legado a los practicantes de este hermoso juego.
Mi más ardiente deseo, es contribuir a aunar opiniones y minimizar las discrepancias que existen en algunas jugadas del dominó. Mi intensión es hacerlo más interesante de lo que es, de lograrlo, entonces mi empeño habrá rendido frutos.
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